Tengo 26 años y 8 de novia. Con Sebastián tengo una relación hermosa y profunda. Fue mi primer amor, mi primer hombre.

Hace dos años él se tuvo que ir a trabajar afuera y yo lo acompañé. La convivencia estuvo buena pero quizás por estar solos en otro país, sin amigos ni afectos, empecé a darme cuenta que me faltaba algo.

Con el tiempo descubrí lo que me pasaba. Mi pareja estaba cada vez más consolidada, ya éramos como un matrimonio. Solo nos faltaba tener hijos.

El tema es que yo sentía que me había puesto de novia de muy joven y necesitaba vivir otras cosas. Algunas amigas me preguntaban si solo eran ganas de tener sexo con otros hombres y la verdad que pensar eso sería simplificar el problema. El asunto era mucho más complejo.

Ganas de explorar, de descubrir, de conocer otras personas y vínculos. Con mi novio sentía que estábamos en un camino tradicional que nos conducía a armar la familia, todo muy previsible.

Yo lo quiero para mi vida, pero no ahora. Necesito vivir otras experiencias.

Con el dolor de mi alma hablé con mi novio y le expliqué. Sé que le partí el corazón pero tengo la esperanza de que esto sea menos doloroso que seguir adelante con el noviazgo y formar una familia, para después terminar explotando dentro de 5 o 10 años cuando tengamos hijos y todo sea mas complicado.

Confío en estar haciendo lo correcto.

Karen