La libertad no es gratis
En algún sentido, todos somos adictos. Todos somos esclavos. Para liberarnos, tenemos que soltar las cosas que nos llevaron a enfermarnos. Desprendernos puede ser desgarrador, pero vale la pena. Si uno quiere ser libre, tiene que estar dispuesto a entregar todo. Y si bien nada es blanco o negro, cuanto más cosas sostiene uno, más infeliz es. Cuánto más soltamos, más libertad.