Caballo de troya
Estamos convencidos que somos buenos. Que estamos más allá del mal. Esos problemas tendrán los demás, no nosotros. Condición ideal para destruirnos.
Estamos convencidos que somos buenos. Que estamos más allá del mal. Esos problemas tendrán los demás, no nosotros. Condición ideal para destruirnos.
¿Cuál es el límite entre querer y poder? ¿Qué es lo que podemos cambiar y qué lo que debemos aceptar? ¿Y qué se hace con lo que está entre esos dos extremos?
La vocación siempre se termina expresando. Uno podrá darle menos o más lugar, pero siempre saldrá a la luz. El destino es inevitable. Pelear contra él, solo sirve para enterarse y ratificar que eso que nos pasó, era lo único que podía pasar.