Tengo 36 años, estoy casada con dos hijos adolescentes. Cuando tenía 13 conocí al grandote. Solo fue un noviazgo de besos, aunque él tenía 18. Lo dejé por miedo a que se enterara mi familia.

Después conocí a mi actual esposo. Era dulce, bueno, atento, y tenía “todo lo una mujer necesita».

Pasaron 23 años con buenos y malos momentos como toda pareja. Hace 3 años empecé a sospechar que estaba con otra. Me negaba todo, me trataba de loca.

Un día lo llamé cuando supuestamente estaba trabajando y después de hablar el pensó que había cortado pero la llamada siguió.

Escuché una voz de mujer diciendo: “cuando vas a dejar a esa estúpida?, y de ahí en más muchas risas. Él después me negó todo.

Pero seis meses más tarde le encontré un mensaje que decía “te extraño mucho, amor”.

El mundo se me vino abajo. Cuando miré quién era descubrí que era la esposa del grandote que había sido mi amor a los 13!

Después de discutir con mi marido salí de casa y con quién me encuentro? Con el grandote!

Me ve desencajada y le cuento que mi marido andaba con su mujer. Me dice que aunque sabía que su esposa lo engañaba no sabía con quien. Y que se había ido de la casa un par de meses atrás.

Al día siguiente me pasó a saludar y a la semana fuimos a conversar y tomar un café. Lo único que yo hacía era llorar y él no dejaba de mirarme la boca. Cuando me tranquilicé me confesó que siempre pensaba en mí.

La siguiente vez que nos vimos terminamos en la cama y el encuentro fue puro fuego. Casi que me sorprendí de lo que era mi rutinaria y espantosa vida sexual con mi marido.

Un día mi ex marido me ve subir al auto del grandote y fue lo peor que le pudo haber pasado. Se le vino el mundo abajo.

Vino a casa y de rodillas me pidió perdón. Lo humillé como él había hecho conmigo hasta que después lo perdoné.

Nos arreglamos con mi marido y dejé al grandote. La amante de mi marido -y ex del grandote- nos volvió locos.

Pero después de algunos meses empecé a pensar en el grandote otra vez, así que volvimos a vernos y fue aun más intenso que antes.

Aunque sigo con mi marido no paro de pensar en el grandote. Quiero seguir con mi marido pero siento un montón de cosas hermosas por el grandote.

Loreley
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La vida desborda. Es imposible pretender meter todo lo que sentimos adentro de una caja. O de nuestras ideas acerca de cómo debieran ser las cosas.
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La ilustración es de @whiterabbitarte