-Necesito verte para que me aconsejes.
Tan pronto Victoria vio el mensaje de su amiga en la pantalla del celular, la llamó para que se encontraran. Hacía algunos meses que no hablaban, pero el calvario que estaba viviendo Paula le generaba una sensibilidad especial.
En esas situaciones inexplicables de la vida, Paula se había enamorado perdidamente de su cuñado, y después de meses de ser amantes, había quedado embarazada. Luego de muchas noches sin dormir y angustias de muerte, ambos habían decidido tener eso hijo.
Por un lado, eran plenamente conscientes que tenerlo era ingresar voluntariamente al infierno. Abortarlo les evitaría confrontar al marido de Paula con la realidad que ese hijo no era suyo sino de su hermano. También, que en la medida que ese niño creciera, fuera un testimonio viviente de esa infidelidad imperdonable.
Si perdonar una infidelidad no era fácil, mucho peor era si había generado un embarazo. Y la situación parecía completamente insalvable si la persona había sido engañada por su mujer y su hermano.
Así y todo, Paula y su cuñado decidieron seguir adelante.
El bebé nació y el tiempo seguía haciendo lo suyo. La decisión de los padres de no contar nada hacía que el sentimiento de culpa por semejante secreto fuera intolerable. Sin embargo, convencidos que el marido de Paula no toleraría la verdad de saber que en realidad ese hijo era su sobrino, optaban por callar.
Cómo se podía vivir con semejante peso?
Los seres humanos solían ser capaces de cargar pesos sobrehumanos antes que sobreponerse a sus miedos y enfrentar la verdad. Como si mentir fuera menos costoso. Casi nadie era capaz de ponderar correctamente el enorme costo que tenía ocultar la realidad. En términos de libertad interior era carísimo, sin contar la permanente angustia de que en el momento más inoportuno la verdad pudiera salir a la luz.
Paula y su cuñado decidieron ponerle fin a la relación decenas de veces, y lo único que lograban era enamorarse aún más. Por qué Cupido se habría ensañado con ellos de esta forma?
Dentro de la infernal vida, el cuñado había establecido una relación con otra mujer, con el objetivo de despegarse de Paula. Lo habían consensuado juntos, en la ingenua esperanza que funcionara. Si bien la pareja duraba, el verdadero amor de ambos era el prohibido.
Ya en el café, ambas amigas se dieron un abrazo.
-Qué te anda pasando, preguntó Victoria con empatía.
-Mi cuñado está esperando un hijo con su novia. Estoy re mal. Encima, me enteré a través de un tercero porque él desapareció hace dos meses. O sea que Santino va a tener un hermanito. En realidad ya tiene un medio hermano que es el que yo tuve antes con mi marido, y ahora tendrá otro hermanastro a través de su padre real.
Victoria escuchaba en silencio, sorprendida por lo compleja que podían ser las vidas de las personas. Después, preguntó:
-Qué es lo que sentís? Engaño?
-No; me duele que no me lo contó de frente. Me siento traicionada como persona. Que le importo poco. Encima esta semana cumple nuestro hijo y él va a venir con su novia, así que no sé cómo voy a reaccionar.
-Vas a reaccionar bien, con la voluntad de una persona adulta que sos, dijo Victoria calma pero firme. No me parece que tu dolor sea porque él no te lo contó cara a cara. Eso es sólo un aspecto formal y debieras poder imaginar el miedo que debe tener, máxime cuando hace cinco años que ustedes dos son incapaces de contarle a tu marido que Santino no es su hijo, y que el verdadero padre es su hermano. No te lo contó por la simple razón que no pudo. Comprendo perfectamente que estés muy afectada, pero tratá de decantar bien tus sentimientos para identificar qué es lo que sentís. Si son celos porque se acuesta con su novia, también es una situación muy paradojal. Acaso vos no te acostás con tu marido?
Paula permanecía en silencio.
-Independientemente que no esté claro si este es un embarazo buscado o un accidente, no podés ponerte celosa porque él se acueste con su novia mientras vos seguís viviendo con tu marido. O sos de las que piensan que para tener sexo hay que estar enamorado? Ni a las mujeres les pasa eso, aunque a los hombres aún menos. Se acuesta porque la tiene al lado y vos no estás disponible. Y si lo estuvieras, igual llegaría un día en el que desearía acostarse con otras.
Paula iba desinflándose, y su ira se transformaba en decepción.
-Sino hablaste a fondo con él, te lo recomendaría. Cuando puedas, sin hostigarlo ni presionarlo, planteándole el tema amorosamente y dándole todo el espacio y el tiempo que necesite.
-Vos decís que haga como que todo está bien?
-No, porque vos sos un ser humano. Creo que debés empezar por generar las condiciones para que tengan una conversación a corazón abierto, como habrán tenido tantas veces después de coger. Escucharlo y comprender bien la situación. Si te enterás que el embarazo fue un accidente y él no está contento, tratar de inspirarlo diciéndole que tener un hijo es siempre genial. Pero evitaría hablar mucho del futuro de ustedes. Ya la situación era muy compleja antes, por lo cual intentar aclararla en este contexto es pretender lo imposible. Qué podría decirte ahora, si está adentro de un lavarropa aún peor que el tuyo?
Paula estaba en silencio. Luego, algo emocionada dijo:
-Yo pensaba decirle de todo. Te juro.
-Y sí, es comprensible porque estas desbordada emocionalmente. Pero después te arrepentirías dado que la vida continúa y vos lo seguirás amando. Entonces, si él no dejó de amarte tendrás dos problemas: su situación con el embarazo en curso y todas las barbaridades que le dijiste…
-La última vez que nos vimos, él no paraba de llorar. Miraba dormir a nuestro hijo Santino y lloraba. Yo le preguntaba qué era lo que le pasaba y el no me contestaba. Simplemente lloraba y lloraba…
-Qué divino. Pobre hombre, qué podría responderte? Sabría que estaba ingresando en otra nueva dimensión que aportaría más dificultad y contradicción en su vida.
-No sé; ni siquiera sé si alguna vez me amó…
-Entiendo cómo te sentís pero es evidente que te amó y probablemente te siga amando.
-Vine a verte indignada, dispuesta a matarlo, y me dejás con ganas de ir abrazarlo mucho.
-Y la realidad sigue siendo la misma… Como dicen los chinos «dejá que tu tigre vuelva a su guarida.» Y dado que lo amás, hacé un esfuerzo por verlo a él, en vez de mirar la realidad desde tus necesidades.
-Ahora resulta que la culpable soy yo…
-No hay culpables. Y siempre es bueno que nos recuerden que el universo no gira alrededor nuestro. Todos nos confundimos. Y los que más niegan esta realidad, más perdidos suelen estar.
Paula le apretó fuerte la mano a su amiga, y le sonrió en señal de gratitud.
Artículo de Juan Tonelli: No somos el centro del universo
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que buena historia juan.. en partes muy identificado. pero a veces no queres ser centro del universo ni vos ni tus problemas, pero si ( con acento) tenes ganas de hablarlo, contarlo, para largarlo, desahogarte, etc…
y comoa veces la realidad te regala una caricia la realidad te aplasta como decis vos juan. como siempre gracias
-un abrazo mauro!
Probablemente pienses que soy muy dura o insensible. Los protagonistas de historias como ésta se encuentran atrapadas en una situación que debe ser desesperante, por sus apegos, sus miedos,sus condicionantes, quizás una comodidad social o personal mal entendida, no sé… pero, realmente, no me despiertan empatía, no es una situación generada por la cobardía?
Hay verdades que es mejor no saber o no decir, pero a las nuestras nos tenemos que enfrentar.
No vale un sí pero no, como no vale cuando se te muere tu pareja, por ejemplo, no te queda otra que aceptarlo, ahí no vale nadar entre dos aguas, «si yo pudiera, si se arreglaran las cosas, si quizás…» Aceptas y tomas las riendas de la vida. Con todo lo que ello supone.
A veces hay que ser lo suficientemente valiente para decir sí. O para decir no. O lo suficientemente cobarde.
Nunca consigo ser breve!!!!!
Me encanta el nuevo look de este espacio. Felicidades.
Un abrazo
Gracias por tu reflexión Malu… Yo soy un poco mas compasivo; por experiencia personal aprendí que muchas cosas uno no puede modificar. Querer no es poder. Sino no habría adictos, alcohólicos o fumadores… Creo que es mas complejo. Con nuestra voluntad hay veces que no alcanza. Sino seríamos dioses… Un abrazo grande
Eres un hombre bueno, Juan. No creas que soy un bicho malo y despiadado. En historias como ésta todos son víctimas. La vida es como un prisma y desde cada vértice se ve una perspectiva diferente.
Gracias por contestar con corazón.
Un día me haré un mate (me gusta el mate, si) y te contaré una historia, si quieres, en un correo privado. De tolerancia, de comprensión, de respeto y de sinceridad. Y de dolor también.
Lo bueno de las cosas complejas es que tienen muchas verdades y cada uno puede entender la del otro.
Otro abrazo.
Hablamos de valentia…, de cobardia.., de empatia…., de poder modificar…., y dónde queda la dignidad: propia y de cada una de las personas involucradas en la historia? Tanto aquellas actores de la misma como de quienes se ven incluidos si querer.
acabo de descubrir el espacio, despues de escuchar en la entrevista de la radio, me gusto mucho
Cariños
Es un caso muy complejo Araceli. No comparto las decisiones de los protagonistas, pero ese no era mi objetivo, sino plantear una situación muy compleja, contradictoria y humana (y verídica). Un beso