-Yo también te amo, dijo Hernán y acariciándole la panza del avanzado embarazo, le dio un beso tierno y se fue.
La situación no habría tenido nada de extraordinario a no ser porque él no era el padre de aquél bebé próximo a nacer.
El fulminante romance se había desencadenado en el trabajo de ambos, dos años atrás. Virginia estaba de novio desde hacía muchos años con un buen tipo, con quien no tenía hijos. La relación era sana y apacible, aunque a ella le faltaba ese plus final para animarse a ser madre con aquél hombre. Pese a que el reloj biológico empezaba a apretar, ella tenía dudas porque veía a su compañero como alguien falto de iniciativa y fuerza.
Así pasaban las Navidades y la vida, sin peleas ni animarse a ser padres, por temor a quedar ligados para siempre. En ese estado estaban cuando apareció Hernán y todos los fantasmas quedaron obsoletos rápidamente .
El flechazo fue tan fuerte que no había lugar para seguir dudando acerca de si tener un hijo con su novio o no. Hernán tenía que serlo porque era el padre perfecto. Su fuerza, su seguridad, su sensibilidad. El único problema que tenía es que él llevaba quince años de casado y tenía dos hijos casi adolescentes.
Recorrieron el camino tradicional de cualquier amor prohibido; en este caso, cuidar la familia de él. Eso era lo único importante, mientras cogían seis veces por semana.
El tiempo transcurría y la realidad se llevaba puesta todos los planes. El romance no solo no se enfriaba sino que cada vez era más intenso. Como en cualquier amor prohibido, las paradojas y contradicciones se tornaban cada vez más pesadas.
Virginia la tenía más fácil, porque abandonar a su novio era bastante más simple que la situación de Hernán. Él tenía que dejar a su esposa de quince años, dos hijos, y atravesar el enorme dolor de perder la cotidianidad de su casa.
En largas noches de pasión, todo parecía posible. Con los primeros rayos de luz volvía la realidad y ambos amantes se transformaban en Cenicienta, regresando a sus vidas de siempre. La resaca emocional era directamente proporcional al paraíso que conocían. De los momentos más sublimes pasaban a los abismos más oscuros. Con frecuencia Hernán sentía que la cabeza se le iba a partir; ¿Cuánta dualidad podía soportar un ser humano?
Él seguía haciendo enorme esfuerzos por cuidar a su familia, si bien con su mujer estaba todo mal. Era inevitable cuando en el fondo, ella era el obstáculo que lo separaba de su verdadero amor. Así y todo, ponía mucha voluntad para salir adelante.
Como tantas parejas en crisis, le había propuesto a su mujer hacer terapia juntos, aunque en el fondo de su corazón sintiera que no serviría para nada. ¿Qué podía hacer un terapeuta frente a un sentimiento tan fuerte? ¿Explicarle razones? Para peor, él no podía hablar de la verdadera causa de la crisis, lo cual lo hacía sentir más solo y reforzar la idea de que aquellas sesiones no servirían para nada. ¿Para qué las hacía entonces? ¿Para sentirse menos culpable? ¿Para hacer un simulacro de esfuerzo aunque supiera que no conducirían a ningún lado?
Todos los intentos de cortar aquél amor prohibido terminaban irremediablemente en fracaso. Hernán que siempre se había sentido con la determinación de un espartano, percibía que esta vez su pólvora estaba mojada. Cuanto más intentaba alejarse de Virginia, más pensaba en ella. ¿Quién había inventado esta maldición llamada amor?
Ella en cambio, oscilaba entre querer separarse para dejar a aquella familia en paz, y sentir que se moría cada vez que lo intentaba. Llegó a pensar en conformarse con solo ser la amante de Hernán. Después de todo, si ser pareja no era posible, tendría que conformarse con lo que había.
Se enojaba consigo misma del solo pensarlo; ella que había sido tan crítica de las mujeres que aceptaban ser las segundas, se encontraba en la misma situación. ¿Sería una venganza del destino por su falta de comprensión y compasión en el pasado? ¿Tan alto era el precio que tenía que pagar para redimir su arrogancia? Ahora que ella se encontraba en esa situación, comprendía que no se trataba de tener baja autoestima. Con tal de no perder a su amor, estaba dispuesta a aceptar condiciones que siempre le habían resultado inaceptables.
Para la mitad del segundo año del romance la situación era insostenible. Cada uno transitaba su propio infierno. En su afán por enderezar la vida de ambos, Virginia tomó una decisión draconiana: tener un hijo con su novio de siempre.
Cuando pocos meses después confirmó que estaba embarazada, sintió un torrente de emociones contradictorias. Paz, al pensar que su vida recuperaría normalidad. Dolor, al asumir que había empezado a perder definitivamente a Hernán, el amor de su vida. Angustia, del solo imaginar la conversación con él.
Ese diálogo fue una montaña rusa. Al escuchar las novedades, Hernán sintió alegría porque Viriginia pudiera tener un hijo. Paz, imaginando que la vida se ordenaría. Angustia al pensar la bifurcación de ambos caminos. Celos, un sentimiento inédito para él, porque el bebé que estaba creciendo en la panza no era suyo. Se abrazaron fuerte, rieron, lloraron e hicieron el amor. Aquella relación maravillosa se merecía una despedida con todos los honores.
El problema es que muchas veces los puntos finales que deciden los hombres no cuentan con el consentimiento de la vida. Las personas pisan el freno pero la realidad sigue.
En cuestión de semanas ambos amantes registraron que el embarazo no solo no había ordenado sus vidas, sino que las contradicciones se habían exacerbado. Se extrañaban y deseaban más que nunca, y el amor que sentían por el otro, si bien era sublime, también parecía un ensañamiento de la vida con ellos.
Después de varios meses de seguir viéndose en forma diaria y desesperada y en la que siempre terminaban cogiendo, Hernán juntó fuerzas para hacer un impasse. Lo angustiaba pensar que ese bebé al que ya amaba, no tuviera espacio emocional para desarrollarse si su madre seguía tomada en cuerpo y alma por esta situación.
El nuevo decreto solo duró pocos días aunque al menos posibilitó que pararan de tener relaciones sexuales. Ambos se morían de amor por el otro y seguían viéndose diariamente pero al menos le daban un descanso al cuerpo de Virginia que ya tenía un embarazo avanzado.
Sentado en un bar cercano a la oficina, Hernán se pidió un café amargo e intentó pensar su vida.
¿Cómo había sido posible que su vida hubiera venido a parar acá? Le resultaba una situación absurda e insólita. Él, que tenía una fuerza de voluntad inmensa y unos valores elevados e intransigentes, venía a encontrarse en una situación diabólica, en donde ni su integridad ni su fuerza servían para nada.
¿Cuánto duraría este infierno? ¿Se diluiría? Llevaba dos años esperando el milagro salvador y cada día era peor.
Se preguntó si estaría dispuesto a vivir con esta situación. Su respuesta fue un categórico no. Sin embargo, registró que su rechazo no cambiaba la realidad, sino que la agravaba.
¿Cómo seguiría la vida después que naciera el bebé? ¿Virginia se focalizaría en el recién nacido y el narcisimo de ambos amantes quedaría relegado a un lejano segundo lugar?
¿Y si el fuego no se apagaba? ¿Estaba listo para aceptar la situación, separarse e ir a vivir con Virginia adoptando a aquél niñito como propio? Solo imaginar el dolor del verdadero padre le heló la sangre.
Con un segundo café tomo conciencia que la vida era lo que era. Por más esfuerzos que hicieran los seres humanos por conducirla, siempre desbordaba y salía de su cauce, yendo por senderos impensados.
Pero una cosa era decirlo y otra muy distinta vivirlo. Hernán no quería perder a su familia. No quería dejar de darle el besito de buenas noches a sus hijos. No deseaba lastimar a su esposa.
Tampoco quería que Virginia sufriera. Mucho menos, el inocente bebé que estaba en su panza. Ni siquiera podía tolerar la idea de separar a aquél padre de su hijo.
Pero también sentía que su vida separado de Virginia carecía de sentido. Todo era gris y opaco. ¿Tan fuerte y adictivo podía ser el enamoramiento? ¿Por qué no lo dejaría en paz, en vez de ser esa obsesión enfermiza?
Intentó mirar el futuro y no pudo ver más allá de unas pocas semanas. A veces la vida era como un camino con mucha niebla, donde era imposible ver más allá de lo inmediato.
Después de un tiempo en que sus pensamientos fueron acallándose, tomo conciencia que solo había un camino. Vivir esa vida que tenía, tal como era.
Dispuesto a convivir con su problema todo el tiempo que fuera necesario, y con la determinación de que pese a todo, lo haría con amor y alegría, pagó el café y volvió a la calle.
Artículo de Juan Tonelli: ¿Cómo mi vida vino a parar acá?
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Muy buen cuento. No puedo parar de llorar. Es verdad, la vida desborda.
Mil gracias.
Nina
Por qué no podés parar de llorar Nina? Me querés contar en forma privada?
Hola, Juan.
¿Recuerdas mi primer mensaje? Pues, bien, este es un relato que contiene todos los elementos para una charla de horas. Preguntas y respuestas que tu lector se hace y se responde con lo que tú le has ofrecido. Lo lees y se te quedan flotando delante un montón de reflexiones que saltan de él: el respeto y la sinceridad, la aceptación, la renuncia, el amor, el cariño, y un montón de cosas que más que nombres requieren explicaciones.
Y se quedan flotando esas preguntas que cada uno responderá de acuerdo a su moral, a su experiencia, a su filosofía de vida…
¿Se puede vivir un amor al borde de la mentira? La no-verdad también es la mentira, «los terceros» no saben nada.
¿Se debe renunciar al amor porque no se ajusta a nuestra «vida actual»?
¿Es la fidelidad un concepto que ensanchamos y estrechamos a medida de nuestras necesidades?
¿Es cierto que lo que no puede ser no debe ser? ¿Por qué?
Y tantas más.
Este texto me ha gustado mucho, porque no deja a nadie indiferente y supongo que cada uno tendrá sus propias conclusiones.
Felicidades.
Un abrazo.
Hola Malú!
Qué excelentes preguntas las tuyas! Una mujer inteligente y sabia…
Y creo que la mayoría de las respuestas -sino todas-, son absolutamente personales.
Un abrazo grande
Tal cual y sufrimiento espantoso
Pero cosas como estas son las que pasan en la vida Soledad… La vida nos lleva a lugares que nunca hubiéramos imaginado (ni querido) ir. Y así y todo hay que seguir caminando. Un abrazo!
Hola Juan, tremenda historia y tremendo final….. Es así? No hay forma de sacarse algo de la cabeza o del corazón,? Y hay que sentir como Hernan » tomo conciencia que solo había un camino. Vivir esa vida que tenía
Dispuesto a convivir con su problema todo el tiempo que fuera necesario, y con la determinación de que pese a todo, lo haría con amor y alegría ( cosa que no creó que haya tanta alegría)»
Es imposible separar o anular sentimientos? Porque queremos todo sino debe ser así……
Es muy difícil manejar la cabeza…..
Saludos Juan
Las personas son plumas en el huracan de la vida Juan, pero no para todos, si estas en tu centro esto no pasa, no pretendo un relato de moralidad, porque siento que la moralidad es relativa
Si Hernan hubiera entendido la injusta situacion a la que condeno a su mujer, y hubiera enfrentado su egoismo de no querer «perder» el amor de sus hijos con el consabido beso de las buenas noches, pero no opto por la opcion mesquina, Virginia tambien damnificada de esta situacion tomo un camino desesperado.
Si el hubiera visto que aceptar la realidad era lo mas sabio, hubiera apostado a la nueva relacion y habria podido explicarle a su mujer que a pesar de que la amaba y amaba su vida con sus hijos, tenia que transitar este camino en este momento
Su mujer es probable se sintiera profundamente herida, pero tendria la posibilidad (que no le dio) de reinventarse y tener una vida completa en pareja, y no media vida.
Una vez conoci una relativamente joven viuda, muy angustiada con la muerte de su marido, en realidad sufria y sentia que su vida habia acabado, en ese momento le dije que tenia dos caminos, enfocarse en su sufrimiento y arruinar lo que le quedaba de vida, o pensar que la vida le estaba dando una nueva oportunidad, fue feliz con su esposo y disfruto enormemente su matrimonio, pero se habia postergado como persona, ahora podria expandir su profesion y brillar en otros ordenes que habia olvidado que le interesaban…. despues de esta charla, muy corta por cierto, pasaron dos horas de casi absoluto silencio, y sentencio sin darse cuenta que hablaba en vos alta. Claro… puedo empezar de nuevo… Ese dia fue de compras con su hija y se compro una hermosisima remera y pantalon nuevos. Ese fue el fin de su duelo y comenzo a vivir nuevamente
Gracias por compartir tus vivencias
Gabriel
Muy bueno Gabriel. Un abrazo
Que buen contenido, me conmovió mucho, porque pasa de que uno no se ánima , a vivir la vida como como uno quiere, .sino como uno debe, son tantos los miedos que uno se acostumbra a ese estado, cobarde y acorralado en vivir la vida cómo una postal , un paisaje bello como de un sueño y en la realidad, es la actuación de tu vida, porque actuar y vivir dando una imagen que no tiene tu rostro, es vivir sin sentir…
Totalmente Lorena… Muchas gracias por tu reflexión. Beso grande
Me encantó el relato… es lo que me ha pasado a mi… pero a diferencia de Hernan.. dejé a mi familia por otra persona … pero no funcionó . Me di cuenta que la búsqueda no esta afuera.. sino dentro de uno mismo . Dejé de buscar a fuera para concentrarme en mi, en lo que quiero, mejor dicho en tratar de saber que es lo que quiero …. y saben que? descubrí que no lo se.
Bienvenido al genero humano Miguel… Averiguarlo toma toda la vida. Pero dicen que a los sesenta uno empieza a verlo… Abrazo y ánimo!
La vida duele. Cuando un bebe nace, nadie sabe cual va a ser su futuro y ni su destino, solo tenemos una certeza, que con seguridad, en algun momento de su vida va a morir. Siempre desde el primer dia, hasta el ultimo de nuestra vida esta presente el dolor de la perdida. Pensemos en todas las perdidas que sufrimos, pero en todas… Entonces el hombre se aferra a la ciencia y la medicina para cuarar las enfermedades y alargar lavida, se aferra a los psicoanalistas para que nos convenzan de lo que no estamos convencidos, se aferra a la religión para que nos haban creer que la felicidad y la verdadera vida viene despues,… despues de morir, despues de perder los seres queridos, siempre la perdida, incluso, nos aferramos a los poetas: …si para recobrar lo recobrado… fue necesario haber estado herido… porque al fin he comprendido que lo que el arbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado…. es terriblemente triste., otros se aferran a las drogas, y otros y otros, no has salida al dolor, al desamor, al pasado hiriente; y te dicen que si lo ocultas y no lo enfrentas no lo vas a superar nunca, la salida es volverlo a traer, hacerlo consciente, golperanos y sufrir esa realidad, y luego por arte de magia, entenderla, comprender que nosotros no tenemos la culpa, y de ahi en mas ser feliz…. y colorin colorado, el cuento no ha acabado,…nunca acabara. Salvo con el último suspiro, y de que sirvio? Virginia y Hernan pueden hacer lo que quieran, pero el dolor… no lo van a evitar, la perdida, .. que hay mas grande y puro que el amor a una madre, y que mayor dolor que perderla, ,, ni hablar de perder un hijo. Perdonenme, no me tengan en cuenta, solo sucede que hoy estoy algo triste, melancólico y depresivo. Pero insisto la vida duele. Traten de ser felices, de la manera que sientan, sin ataduras a leyes, costumbre y mucho menos lo moral, todo esto son solo reglas de un juego, que las cambian contantemente. Abrazo
Hola… Es cierto lo que decís. La vida duele y puede ser terrible. Pero también tiene cosas maravillosas. Ojala puedas seguir caminando y dejar atrás este estado, sabiendo que venimos acá a caminar, aprender, crecer. Un abrazo grande
Gracias Juan!
Tal vez solo necesitaba justamente ahora, que alguien -como vos-aunque no lo conozca me diga o me escriba simplemente algo asi como: ….un abrazo grande…. gracias, gracias, me caen las lagrimas, no las puedo parar,me duele la vida, estoy muy cansado, te repito, gracias, porque hay momentos que estas solo y agobiado, y la cabeza no tiene respuestas y solo vinen pensamientos negativos. Otra vez gracias, no sos familiar, ni amigo, no te conozo y seguramte nunca te voy a conocer, pero gracias por haber compartido este instante de mi vida. un abrazo y que tengas buena vida, que puedas caminar, aprender y crecer. GRACIAS.
Qué es lo que te pasó ?
hola Juan…
mi estoria fue parecida a virginia y hernan, solo que yo no tenia pareja, y el tenia sra e hijos chicos, nuestra relacion duro 15 años,
yo quede embarazada de el, hoy mi hijo tiene 28 años. sabe todo la que paso, que su mamá y su papá lo hicieron con Amor.
solo que el nunca dejo a su flia, ni lo quiso reconocer a mi hijo, cuando quiso yo no lo permiti,
y no estoy arepentida, de nada ni haber estado con el , ni de haber tenido el hijo más dulce y amoroso.
mi hijo fue reconocido por un Hombre maravilloso que le dio su apellido. pero es otra historia
porque no pudo difrutarlo que el queria… ( ya que Dios lo llamo a su lado,)
el si fue El Padre, no por el apellido que le dio, sino por el poco tiempo que fuimos felices…..
espero que me allás entendido..
hoy sigo sola (s/p) , un abrazo grande
Que historia tan dolorosa Laura… Y sin embargo, esta es la vida real. No la que nos cuentan y nosotros planeamos y pensamos. Que lindo que hayas conocido el amor con él y que tu hijo también haya conocido un padre, que no tiene nada que ver con ser un progenitor… Un abrazo enorme
Me ha pasado estar en algo asi. Yo engañaba a mi novia sabiendo que la amaba con toda mi alma pero necesitaba algo mas en la cama y lo busque afuera. Pensando siempre q ella jamas se enteraria segui adelante y cuando se entero y le hice mucho daño. Lamento mucho que la vida sea asi incapaces de terminar algo o plantearlo por miedo a perder las personas q queremos.
Mi vida hoy a dado un giro importante ya que luego de un accidente perdi una pierna y lo que pense q nunca me iba a tocar no estaba tan lejos.
Estoy muy contento de haber sobrevivido y la vida me enseño mucho. Hoy elijo continuar con mis dificultades y disfrutando cada momento como si fuera el ultimo
Que historia Gustavo!! Y que lindo que puedas estar contento con todo lo que te pasó… Mi admiración! Un abrazo
Me siento identificado con la historia. Estoy de acuerdo con Golojandro. Debemos aceptar lo que nos toca vivir.Uno no elije de quien enamorarse, no elegimos de donde venimos, no podemos cambiar lo que nos toco vivir, pero si podemos dar un paso adelante y enfrentar lo que uno esta pasando.
Tal cual Lucas! Es así… Aunque averiguar qué podemos cambiar y qué debemos aceptar… es parte del misterio y el arte de vivir! Un abrazo
Que historia dificil ! Pero sin dudas hay amor, uno no planea nada y cuando nos damos cuenta se nos vino todo abajo y no sabemos como seguir.es muy triste y no saber q va a pasar y como vamos a seguir y salir de esto!
Me gustan mucho tus historias juan! Me siento identificada y no se como seguir!