-Vi algo increíble; un documental de la BBC, en el que tres indígenas flacuchos le roban la comida a quince leones hambrientos.

-¿Cómo?, -preguntó el Maestro con curiosidad pero sin perder la moderación que lo caracterizaba.

– Eran tres hombres que no pesaban más de 50kg cada uno. El líder tenía sesenta y cinco años, y estaba acompañado por otros dos tipos, ya que los leones no se intimidan fácilmente. Primero identificaron el lugar en el que quince leones estaban devorando un Ñu recién cazado. A la orden del jefe llamado Raquita, caminaron los tres juntos en dirección a las fieras. Las claves parecían ser caminar uno al lado del otro y al ritmo justo: ni tan despacio que transmitiera dudas y los leones decidieran atacar, ni tan rápido que no les diera tiempo de huir.

-¿O sea que tres flacuchos sin armas intimidan a quince leones de 250 kg?

-Eso mismo. Sin lugar a dudas la experiencia del indígena de sesenta y cinco años es decisiva. Resulta increíble ver que cuando los leones se dan cuenta que tres hombres se dirigen hacia a ellos a un paso firme, después de dudar unos instantes, terminan cediendo al miedo y escapando. Y les dejan su presa a los ladrones.

-Que notable que no puedan reparar que eran quince reyes de la selva contra tres hombres flacos y desarmados…

-Es impresionante ver cómo funciona el miedo en ambos bandos. Los leones, después de unos instantes de confusión, deciden huir al sentirse amenazados. Y como bien decís, no reparan en su infinita superioridad.

-Es que así funciona el miedo. Todos lo conocemos bien porque lo hemos vivido, y nos puede llevar a abismos completamente irracionales. Si nosotros nos podemos asustar por una araña de veinte gramos, o un ratón de cien, ¿por qué unos leones no habrían de asustarse de tres hombres de 50 kg?

-Totalmente.

-Y en esa audacia se han basado las conquistas. Fuera Alejandro Magno contra Darío, o Hernán Cortés contra los Aztecas que tenían una relación de fuerzas de mil a uno.

-También es increíble ver el efecto contagioso del miedo. Al principio, un león percibe que los hombres se les acercan. En instantes, todos dejaron de comer y prestan atención a la amenaza. Luego, un león evalúa que es mejor huir y se va corriendo. Se produce una epidemia de miedo y en un abrir y cerrar de ojos todos están huyendo, para ponerse a salvo de tres indígenas desnutridos y desarmados…

-¿Y entonces?

-Raquita saca un machete y rebana una pierna del animal muerto. Mientras lo hace, los leones observan todo a unos cincuenta metros. Es genial, porque los reyes de la selva están viendo cómo los roban sin poder hacer nada. Y en realidad,  si enfrentaran a los indígenas no solo impedirían el robo sino que podrían terminar comiéndoselos a ellos también.

-Qué notable…

-El comentarista de la BBC explica que el tiempo para cortar la pata del Ñu e irse es muy reducido. Si no se hace rápido, los animales pueden darse cuenta que la situación es absurda y atacar a los ladrones.

-Pero no lo hacen porque están aturdidos y bloqueados por el miedo…

-Exactamente. ¿No es increíble, que semejante manada de leones enormes y hambrientos estén aturdidos por el miedo que le generan tres hombres débiles y sin armas?

-Es el miedo; esa emoción tan fuerte y persistente. ¿Cómo termina la historia?

-Cortan la pata del Ñu en quince segundos, Raquita se la pone al hombro, se dan media vuelta y se van caminando al mismo paso con el que llegaron. Con determinación, pero sin prisa. Simulando una tranquilidad que dudo que tengan al darle la espalda a las fieras.

-¿Y los leones?

-Cuando ven que los hombres se alejaron lo suficiente, van y recuperan lo que queda de su presa. Irónicamente, lo arrastran en dirección opuesta a los indígenas, para alejarse del peligro que ellos representan y poder comer tranquilos.

-Que experiencia tan movilizadora. ¿Qué fue lo que más te llegó?

-Por un lado, el know how de los indígenas. Saber que se puede intentar y lograr algo que parece imposible por lo desproporcionado e irracional. La clave está en el trabajo en equipo -tres personas y haciendo un frente común-, y sobre todo, en el ritmo que llevan. Ni lento ni rápido. El paso justo para intimidar a los leones pero posibilitándoles una salida.

-¿Qué emociones que te generó en relación al miedo?

-En primer lugar, el efecto paralizante y destructivo del miedo. Quince poderosos leones se asustan de tres débiles hombres, al punto de dejarle la presa que les pertenece. Y en donde el factor contagio es enorme. Primero es un león que se asusta y escapa, al segundo otro, y luego todos entran en pánico y deciden ponerse a salvo de los tres indígenas desnutridos…

-¿Qué te provocó la conducta de Raquita y sus socios?

-Algo muy fuerte. Poder ver con mis propios ojos cómo la determinación puede sobreponerse al miedo más intenso. Nunca antes pude ver con tanta claridad que el coraje no es la ausencia del miedo sino la capacidad de trascenderlo.

-¿Por qué?

-Porque era imposible que esos tres tipos no sintieran mucho miedo al dirigirse a paso rápido hacia quince leones hambrientos, pretendiendo robarles la comida. Es simplemente imposible.

-¿Y eso en qué te impacta a vos?

-He tenido una visión idealizada y falsa del coraje. Siempre me he sentido un cobarde despreciable y por más que fingí valentía, nunca la tuve. Mi idea de alguien valiente, era la de una persona que no sentía miedo. Con los años me fui enterando que efectivamente lo sentían, solo que podían seguir adelante.

-Y en este documental queda expuesto brutalmente.

-Así es. En el fondo, es algo muy inspirador.

-¿Por qué?

-Porque yo también puedo ser como Raquita. Es cuestión de determinación. De decidir seguir adelante.

-Es muy interesante lo que decís. Entender eso nos ayuda mucho a enfrentar nuestros miedos, empezando por los injustificados.

-La cucaracha o la araña…

-Por ejemplo. Aunque no debiéramos llegar al punto de creer que podemos superar todos nuestros miedos con voluntad o determinación, porque eso no es posible. Sino, seríamos omnipotentes. Por más que veas ese video cien veces, si te llevamos a la sabana africana y dejamos con dos amigos frente a esos leones, lo más probable es que vos no seas capaz de hacer lo que hizo Raquita. Ni aún liderado por él.

El discípulo escuchaba en silencio, algo decepcionado por el límite que el Maestro le estaba mostrando.

-Hay gente que nunca supera las fobias; y sin ir más lejos, todos tenemos miedos que no somos capaces de enfrentar. Algunos los podemos superar después de años, y otros, no nos queda más que tolerarnos toda la vida.

-Al ver este documental pareciera que con determinación podemos sobreponernos a todo.

-La determinación es un factor clave en la vida. Pero una cosa es desarrollarla y otra distinta es pensar que podremos sobreponernos a todos los miedos. Vos me has contado que te cuesta muchísimo encarar a una mujer. Que a veces estás más de una hora en un bar antes de animarte a hablarle a alguna. O que te resulta imposible plantearle ciertos temas al dueño de la empresa en la que trabajás, por temor a que te despida. ¿Creés que después de haber visto este documental tu vida va a cambiar?

El discípulo estaba algo fastidiado.

-La realidad es que no va a cambiar. Seguirás aprendiendo y mejorando, muy lentamente. Sabremos que los valientes sienten miedo, y que la única diferencia es que siguen adelante. Sin embargo, cuando enfrentemos una situación que nos produce mucho miedo, podremos quedar paralizado como los leones. Y ahí es donde mueren las palabras. ¿De qué sirve que nos expliquen tal o cual cosa si sentimos una emoción tan fuerte que nos domina?

-Es muy importante comprender que podemos elegir seguir adelante cuando tenemos miedo. Que nuestra voluntad puede imponerse. También, enterarnos de que no podemos esperar a no sentir miedo porque eso no va a pasar nunca; debemos ponernos en marcha pese al miedo. Pero siendo conscientes que habrá casos en los que simplemente no podremos. Y ahí nuestro único camino será la aceptación amorosa de nuestras limitaciones.

-Siempre pinchándome los globos…

-Lo mejor que nos puede pasar en la vida es ver la realidad tal cual es. Darnos cuenta que los valientes también sienten miedo. Entender que con la voluntad podemos avanzar muchísimo y sobreponernos a un sinnúmero de miedos. Pero también, recordar que siempre tenemos límites. Y aprender a convivir amistosamente con ellos, es el camino hacia la paz.

-¿Y se puede aprender a convivir amorosamente con situaciones negativas, que no podemos cambiar?

-Por supuesto; es un aprendizaje. Así como podemos aprender a ser como Raquita y seguir caminando pese a estar muertos de miedo, es posible convivir amorosamente con nuestras limitaciones. Y por lo pronto, es mucho más fácil que robarle comida a los leones, -cerró la discusión el Maestro mientras le guiñaba un ojo.

Artículo de Juan Tonelli: En los confines del miedo.

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Video que inspiró esta historia: https://www.youtube.com/watch?v=TBpu4DAvwI8

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