Que vinimos a hacer a esta vida es una de las preguntas centrales. Hasta que no lo sepamos, será difícil tener plenitud. Descubrir para qué estamos en este mundo suele ser una tarea que lleva muchos años.
A algunas pocas personas se les revela en la infancia (artistas, deportistas, y otros), pero la mayoría tenemos que recorrer un largo camino lleno de pequeñas pistas. Para peor, como estamos lleno de mandatos y carencias, solemos ignorar esas señales que nos llevarían a nuestra vocación. Pero no hay que desanimarse, es algo que con el tiempo se va haciendo evidente. El punto clave es que cuando uno es consciente de esas señales, de que nuestra vida debiera pasar por ahí, no las desatendamos. Y mientras, hacernos la pregunta «qué vine a hacer a esta vida?» y esperar la respuesta. No tratar de llenarla con la palabras e ideas, sino escuchar qué surge de nuestro interior.
-La verdad es que no tengo claro cuál es mi misión en la vida.
-Averiguarlo lleva mucho tiempo, y la necesidad de dejar de lado muchas ideas falsas que tenemos, -dijo el Maestro.
-Envidio a esos artistas y personas que de chicos ya sabían lo que querían hacer de su vida.
-Las comparaciones suelen destruirnos. Siempre habrá personas a las que le fue mejor. Por otra parte, preguntarse acerca de nuestra misión no es la pregunta más importante…
-¿Y cuál sería?
-Quién soy yo…
Ante la cara de contrariedad del discípulo, el Maestro continuó.
-Saber quiénes somos nos permite conocer nuestra identidad e ir ajustando las velas a los vientos que soplan en nuestra vida. Contrario a lo que se dice hoy en día, la identidad no es algo a construir, sino algo que tenemos. En todo caso, hay que descubrirla, sacar las cosas que la obstruyen y poder ser cada vez más nosotros mismos.
-Resulta irónico que averiguar quién es uno lleve tanto tiempo.
-Nada irónico; es bien realista. Creer lo contrario es otra de nuestras ideas falsas. Nuestro interior es tan rico, vasto e inconmensurable como un océano. Pero nosotros insistimos que sea una piscina con determinadas características …
-¿Y no resulta…?, -preguntó el discípulo entre risas.
-Hay un cuento oriental en el que una persona encuentra un halcón y piensa que era una paloma. Como la encuentra «desprolija» le corta las alas, las garras, el pico, y después se alegra de haberla ayudado a que fuera una paloma hecha y derecha.
-Tremendo…
-Es un poco la historia de nuestras vidas. Nos mutilamos para ser lo que creemos que debemos ser.
-¿Un poco fuerte la palabra mutilar, no?
-¿Acaso vos no lo hiciste con tu propia vida? ¿No trataste por todos los medios de convertirte en algo que no eras, sin siquiera medir las consecuencias de lo que estabas rechazando y amputando de vos mismo?
El discípulo permanecía en silencio.
-Pero no hay que obsesionarse; mutilarnos para intentar convertirnos en quienes creemos que debemos ser para lograr la felicidad, es parte del camino que todos transitamos. Son como materias obligatorias que debemos cursar en la universidad de la vida.
-Así y todo, sigo sin tener pistas claras acerca de para qué estoy en este mundo.
-Y sí; para poder ver tenés que desobstruir tu mirada.
-¿De qué?, -quiso saber el discípulo algo impaciente.
-De muchas ideas falsas que tenemos. Entre ellas, que nuestra misión debe ser extraordinaria…
-¿Y eso está mal?
-Hace mal… Perdemos mucho tiempo buscando la misión extraordinaria. Como nos sentimos tan importantes, estamos convencidos de que nuestra misión debe ser algo grandioso, casi épico.
El discípulo sonrió.
-El problema es que con esta actitud descartamos caminos que podrían ser propios, por la simple razón de que no son impresionantes. Con el riesgo de pasarnos la vida desechando buenas oportunidades ya que nada nos conmueve. O peor todavía, inventando causas que si bien pueden resultar impresionantes, no son propias. Eso es débil y nunca resulta. Las causas surgen del corazón, nunca de nuestra mente.
Cada palabra del Maestro golpeaba duro al discípulo. Parecían dichas a su medida.
-¿Y cómo podría salir de este lugar y empezar a reconocer las pistas que me ayuden a conocerme y encontrar mi misión en esta vida?
-Podés preguntarte cuáles son tus dones. O también, ver qué querías ser cuando eras niño..
-Quería ser un obrero de la construcción, -dijo el discípulo con algo de vergüenza.
-¿Y por qué no lo fuiste?
El discípulo suspiró.
-Obviamente no era un plan de vida para alguien de mi familia. Nunca fuimos ricos, pero siendo de clase media, mis padres y abuelos aspiraban a que fuera a la universidad y me convirtiera en un profesional destacado. Ser un modesto obrero no era opción. De hecho, de muy pequeño tuve algunos desencuentros por este tema con mi abuela…
-¿Cómo fueron?
-Frente a la inevitable pregunta acerca de qué querría ser cuando fuera grande, yo contestaba que sería constructor. Con cuatro o cinco años de edad, no sabía que lo que a mí me gustaba se llamaba obrero de la construcción. Mi abuela lo escuchaba y como ni siquiera toleraba la palabra constructor, reformulaba mi respuesta diciendo que yo quería ser ingeniero, algo que se adecuaría a las ideas que ella tenía para mí.
-No había mucho margen para que expresaras lo que sentías, ni eligieras lo que querías…, -dijo el Maestro entre risas.
-Ningún margen.
-¿Y vos cómo vivías ese desencuentro con tu abuela?
-Sentía que hablábamos idiomas diferentes. Cuando fui comprendiendo qué es lo que era un ingeniero, me di cuenta que no quería hacer eso. Nada de planos, cálculos u otras tareas ingenieriles.
-¿Y por qué te atraía ser obrero?
-Cuando salía del jardín de infantes al mediodía, me encantaba verlos sentados en la vereda, preparando un asado sobre la calle, compartiendo un clima de fraternidad con comida rica.
-Pero eso no parece tener mucho que ver con una vocación… Pareciera que lo que te gustaba era el encuentro entre personas.
-¿Y te parece poco?
-No…pero contame más…
-No lo sé, quería vivir eso.
-¿Y por qué decís que hablaban idiomas diferentes con tu abuela?
-Porque trataba de ponerle palabras a lo que yo era incapaz de expresar, pero diciendo lo que ella quería de mí, y no lo que a mi me interesaba.
-Mirá… Pienso que en tu anhelo de encuentro con otras personas hay información muy importante sobre tu vocación.
El discípulo quedó pensativo.
-¿Qué otras pistas significativas reconocés en tu vida? Algún hilo conductor, circunstancias que se hayan repetido, sucesos que en su momento parecieran inconexos pero que mirando para atrás tengan un sentido?
-Probablemente la idea de pertenecer.
-¿A una elite?
-No, algo más amplio. Como si buena parte de mi vida me hubiera sentido exiliado, alguien ajeno. Y por más esfuerzos de mimetización que hacía, siempre sentía una sensación dual.
-¿Querés contármela?
-Por un lado, la alegría de percibir que gracias a mis esfuerzos conseguía integrarme. Sin embargo, en el fondo de mi corazón sabía que era distinto a las otras personas que formaban esos grupos.
-O sea que podías fingir una identidad que confundiera a los demás llevándolos a creer que vos eras uno más del grupo, pero en el fondo de tu ser sabías que no eras uno de ellos.
-Exacto.
-Eso es terrible… Por un lado, porque te aislaba aún más. A su vez, te imponía la obligación de esforzarte permanentemente para ser aceptado. Para tratar de ser algo que no eras.
Al discípulo se le humedecieron los ojos.
-¿Encontraste alguna salida a esa situación?
-La vida me expuso a una pseudo solución.
-¿Cuál?
-Ya que en el fondo no podía ser uno más del grupo, al menos pude convertirme en alguien destacado. Con eso lograba el respeto que produce el éxito.
-Pero seguías igual de solo, -dijo el Maestro clavando a fondo el bisturí.
-Sí, -balbuceó el discípulo emocionado.
-¿Cuándo pudiste ver que ser exitoso tampoco resolvía el problema estructural de tu vida?
-En la derrota. Muchos de los que consideraba amigos, se fueron apenas perdí. Me di cuenta lo engañoso que podía ser todo. Lo que creía que era una solución, solo tapaba las cosas…
-Y te imponía la exigencia de tener que sostener tu identidad a fuerza de resultados. Agotador…
El discípulo se sentía atrapado por su historia de vida. El Maestro, percibiéndolo, le dijo:
-No es para amargarse. Tu historia es la historia de tantos. La vida es el camino del desengaño, y con dolor aprendemos a dejar atrás nuestras falsas ideas. El punto central es que averigües quien sos vos. De ahí se desprende todo lo demás, incluyendo nuestra misión.
-¿Y cómo hago?, -insistió el discípulo casi con un ruego.
-Reconociendo tus dones, tus heridas, mirando tu pasado y registrando todos esos puntos que parecían inconexos pero encuentran un sentido. Viendo con qué cosas vibra tu ser y por cuáles se enferma.
-Todo un trabajo…
-Un filósofo y teólogo italiano decía que Dios pronuncia sobre cada persona una palabra única, una suerte de contraseña. Si nos hacemos la pregunta suficientes veces y escuchamos lo que surge de nuestro interior, llegaremos a nuestra misión.
-¿Y vos para qué estás en este mundo?
-Para ayudar a otras personas a que se den cuenta que no están tan solas. Que comprendan que tienen problemas no porque sean estúpidas o desafortunadas, sino porque son seres humanos. Y que entiendan que eso que tanto les angustia y tan desdichados los hace sentir, nos pasa a todos. Los problemas de los hombres son pocos y siempre los mismos.
El discípulo sonrió agradecido, le apretó fuerte la mano, se paró y se fue.
Artículo de Juan Tonelli: ¿Qué vine a hacer a esta vida?
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Leí lo del halcón, la paloma, el maestro, el discípulo, etc. (No era necesario desplumar al halcón).
Nunca supe que quería «ser» cuando sea «grande». Sólo sé que tuve: infancia, adolescencia feliz, fui estudiosa (me decían «la traga «) peero mis compañeros no sabían que yo especulaba con los estudios y como el dicho «échate la fama y acuéstate a dormir» así lo hice, estudiar estudiaba y cuando alguien no sabía me llamaban a mi. Dos veces me pescaron , me llamaron para dar una lección de matem. y dije no estudié, jamás me pusieron el 1. En un exámen estudié la Bolilla 1 Radicación, completa NADA MAS. Cuando me llegó el turno, mi apellido con R , llegué al frente con mi profe y los otros 2 cansados, saco Bolilla 1 y 8. Empecé con la 1: no los dejé hablar, ni que me interrumpieran, explicando hasta que significaba el símbolo de Radicación, me preguntó 1 profe ¡cómo sabiendo tanto había ido a examen!! Yo seria. Cuando me tocó un poco de la 8 de la que no sabía ni de qué se trataba, hice como que tenía un lío en la cabeza Y mi profe dio la bolilla por mi diciéndome «de ésta muy flojida» la cuestión: APROBÉ!Después vino mi «receso» nos vinimos con mi madre a trabajar y NO PUDE ESTUDIAR MAS, no era como ahora, tenía que ganarme los $ para la pensión y comida! Me dije: el 1er. idiota que se me cruce: me caso. Así fue, tuve 2 niñas, a los 14 años de casada me divorcié, seguí trabajando y encontré el amor de mi vida con el que vivimos una luna de miel de 16 años, se murió. Luego el maldito cáncer de mi madre!!! 1 año y 10 meses que se «me» fue y eso no lo puedo superar. Me arremangué e hice TODO lo que una hija debe hacer: quererla mucho, mimarla, cuidarla.
Tengo 68: empecé inglés 5 veces y dejé, cuando algo me aburre lo dejo. Siento no haber estudiado algo más, sólo matemática moderna que compré en EUDEBA el curso y estudiaba tirada en la cama y enviaba por correo mis pruebas-lo estudié para probarme- me pusieron un 9 pero era sin título.Ahora me envían revistas vía email de Neurociencias, de una Fundación -extranjera-del cáncer y no mucho más, me intriga mucho el cerebro humano.
Otro tema: siempre supe quien era, siempre supe que si quería podía pero no me alcanzaban los $ ni para 1 fotocopia de joven. Ahora me entretengo leyendo por la compu temas como los que te dije. Yo ya cumplí mi misión acá. Quedaron cosillas pendientes pero todo no se puede.Todo tiene su vueltita, sólo hay que encontrarla. Fallé como cualquiera en algunas-soy humana-Ya no me queda futuro, es más NI ME INTERESA, mi madre se ha ido… le sigo yo.-chau.-
¿qué más querés que te cuente? Que hay gente insegura? Si la hay, como la hay orgullosa, envidiosa, altanera, gente linda, gente fea, que mañana hará frío y lloverá 5 mm. Que cuando termine de hablarte estas pavadas me tomaré un rico café con 2 magdalenas y miraré la «caja boba» Investigación Discovery hasta que me duerma cosa que puede ocurrir a las 4 ó 6 a.m.En el canal Geoghrafic channell(no se si está bien escrito, pasan cosas interesantes, el otro día vi a los hermanos Whright y el que le hacía la contra-no recuerdo el nombre- por la invención de los aviones y al que inventó la electricidad que tampoco recuerdo el nombre ¿te cuento? ellos tenían la patente pero en ambos casos no fueron ellos los que inventaron los aviones(acordate de la 1ra.guerra mundial)-los alemanes-fue un austríaco que murió pobre, si la llegan a pasar anotaré los nombres, y con la electricidad pasó lo mismo el sabiondo-léase científico con premios- no fue la corriente directa la que se impuso sino la del otro que inventó la alterna. ¿Sabés que me pasa? Que será por la edad, me estoy olvidando seguido, pero como no me preocupa, si es algo muy importante para mi lo anoto y listo. Que pases buenas noches, ya te levanté de Facebook.chau
acá los encontré:
Wilbur y Oliver (falleció en accidente probando «avión) Wright desarrollaron 1er.avión a comienzos del S. XX EE.UU en 1903 el competidor fue Curtis en 1911, los hermanos Wright necesitaban una catapulta para despegar y además tenían las patentes, al llegar la 1er. Gran Guerra los alemanes tenían ya los aviones y los obligaron los EE.UU. a los hermanos Wright a vender por nada las patentes. Después siguieron otros como Dupont (brasileño) que lo levantó en Francia.
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LA ELECTRICIDAD: DIRECTA EL SABIO FRANKLIN PERO EL SERVIO TESLA ganó con la electricidad alterna se nacionalizó EE.UU. en 1943 NO FUE MARCONI EL INVENTOR DE LA RADIO sino TESLA en 1943.-
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Me ha gustado mucho la historia del maestro con su discipulo….y realmente es lo que nos ocurre a la mayoria de seres humanos, hasta que callamos un poco y dejamos que la naturaleza nos hable con su sabiduria ancestral..si bien es cierto que cuando somos pequeños, nuestros padres se rien de lo que queremos ser cuando sea grande…y lo toman a la ligera…somos nosotros los encargados de enterrar ese anhelo……como el discipulo……sin embargo es necesario salir de ese circulo vicioso que creamos en nuestra limitada imaginacion…..y ver mas alla de lo habitual, entonces sabremos A QUE VENIMOS A ESTA VIDA. Yo se que estoy aca para llevar un poco de alegria a las personas que necesitan de una amiga…..alguien con quien puedan contar en sus momentos mas complicados de la vida….No soy religiosa, ni misionera..solo soy un ser humano dispuesto a ayudar a quien asi lo desee. La vida es linda. Solo tienes que saber vivirla….siempre teniendo la certeza de que hay un ser supremo que nos guia y nos protege. Solo que aveces nos alejamos tanto y vivimos amargados sin saber porque…eso hace mucho daño. Siempre hay que vivir mirando hacia adelante, no deteniendonos a observar el pasado y sufriendo por lo que no pudo ser.
Gracias por permitirme expresar mi opinion.
Muchas gracias Angélica !
Angelica comparto tus palabras, soy así y vine a esta vida para lo que decis, solo que a en esta etapa de mi vida pienso que debería haberme ocupado un poquito mas de mi.
Pasa bastante Alicia… A ocuparse ahora. Un abrazo y ánimo!
Desde muy pequeña creia saber cual era mi misión. Tenia unos escasos cinco años y a mis muñecas les hablaba y les decia – Mi misión es el Amor…» decia. Y soñaba con tener mucho dinero para poner «…..un lugar, un hogar donde la gente ingrese con sus problemas y preocupaciones, enfermos, solos, y salieran de ese sitio sanos, sanados y , como lo decia yo a esa edad, donde entren feos y despeinados, con hambre y tristes, y salgan sanos y lindos, con dienero y con sus problemas resueltos» Eso queria yo ya desde niña, y si tuviera esa posibilidad hoy igual lo haria.
Y puede ser que el Amor sea mi misión. Aunque no tengo mucha paciencia con la gente lo reconozco……..
Sí puedo decir que amo y he amado al prójimo, a mis familiares, a los animalitos, a los niños, a todo ser vivo, a la naturaleza, al Universo. A Dios por sobre todas las cosas.
Pero no lo he sabido manifestar completa o correctamente. Más que dandole una limosna a alguien que está pidiendo, un abrazo a mi madre o un cariño a mi perro.
Y no he logrado recibir yo el amor de los demás hacia mí. Aún estoy soltera, perdí el único hijo que Dios me mandó, y todavía no he logrado formar un hogar. Estoy sin trabajo, y por más que me esfuerzo, hago changas en el negocio de un amigo y estudio en la Universidad, pero no he logrado avanzar más que eso. Me estoy acercando cada vez más a mi quinta década de vida, y no he logrado sentirme realizada por lo que hago. Por supuesto quisiera hacer mis sueños realidad.
Patsy… Tal vez, más que hacer los sueños realidad, se trate de poder poner amor en cada cosa que hacés, con cada persona que estás… La vida es aquello que hacemos con lo que nos pasa. Un abrazo enorme, y ánimo!
Desde mi punto de vista, la misión principal del ser humano es multiplicarse y dejar una enseñanza a nuestro hijos para continuar sucesivamente.
Respecto a lo personal, hay que ser pacíficos, útiles, prósperos y felices… ese es el objetivo.
Ayudar en todas las formas posibles.
Siempre hacer el bien pese a todo.
Para el resto esta mastercard o VISA.
Muy bueno Leo, aunque parezca poco, es todo lo que hay en la vida. Un abrazo
No por casualidad estoy leyendo tu blog. Bendito que ya sabes cual es tu misión. Yo estoy en esa búsqueda. Interesante tu blog. Gracias por compartirlo.
Muchas gracias Rosana ! Y ánimo con tu búsqueda! Un abrazo
siempre supe que mi mision era enseñar a los demás algo, por eso soy maestra y me encanta ver aprender a los niños, alguien me dijo que siempre era yo la que dejaba la huella para que otros me siguieran y en un comienzo senti que era agotador pensar eso, como se hace para sobrellevarlo’ para no sentirse responsable de otros?
Hola Angie ! Es genial poder educar, iluminar vidas… No debiera pesarte, ya que uno pone lo mejor de uno, pero no depende todo de uno. Es del hombre sembrar, pero es de Dios hacer crecer… Disfruta de tu don, hacete cargo de lo que te corresponde y no te hagas cargo de lo que no. No somos omnipotentes. Somos seres humanos, con dones y limitaciones. Un abrazo grande
siempre creí q habíamos venido a este mundo de seres humanos,para una misión especial;cuando enviudé a los 65 años,esta pregunta Para qué estoy en el mundo?…comenzó a perseguirme,a tal punto q asistí a reuniones de distintas religiones para ver si conseguía una repuesta ,…cuando a un monge Tibetano se la hice me respondió:»Yo no sé para qué vino ud. yo sé para qué vine yo»–hoy leyendo sus historias corroboro q así es.El punto es ,q hoy a los 72 años,considero haber cumplido mi misión y seguiré en el camino de servir y dar.
qué lindo lo que decís Alicia… un abrazo grandote!